El desarrollo infantil temprano es un proceso
multidimensional, incluye la dimensión física, intelectual, social y emocional,
necesarias para mejorar la capacidad de aprender y tener un buen comienzo.
El potencial educativo más significativo se da, en los
primeros 3 años de vida. Las nuevas generaciones de padres deben prepararse,
asumir reflexivamente los dramáticos cambios de roles y patrones de
socialización. La educación temprana incide de manera definitiva en todo el
proceso educativo.
La educación temprana incide de manera definitiva en
todo el proceso educativo.